+TribuAmericas Periodistas | louis boudreaux
LOS ANGELES, CA.- Spotify comenzó en Suecia, hace cinco años, como una plataforma online para compartir música y actualmente es una empresa que busca la difusión de música a bajo costo, con beneficios tanto para el público como para sus creadores.
A lo largo del tiempo ha modificado sus restricciones al uso de los materiales discográficos, un poco como modelo de negocios -para monetizarse, como dicen los expertos-, y otro para complacer a los propietarios del copyright de los álbumes que se escuchan y comparten en la red Spotify.
Así que el anuncio, el pasado 15 de Enero 2014, de que la compañía levantará las restricciones de uso en las cuentas gratuitas y el sitio dará mayor espacio a anunciantes, apunta a que la radio-rocola que tuvo su gran auge internacional en la segunda mitad del siglo XX, está a punto de morir por la interacción social que se da a la hora de escuchar música en la Internet, favoritearla y compartirla con gente cercana y lejana.
Ya no será el radio disc jockey quien presente y seleccione la música que se pondrá de moda en los próximos años, sino la hábil mercadotecnia de los productores y creadores, que deberán convencer a las audiencias cibernáuticas con poder de decisión para que incluyan sus álbumes en las listas musicales de sitios como Spotify.
A principios de Marzo 2013, Spotify contaba con 6 millones de suscriptores y 24 millones de usuarios activos con acceso gratuito a sus listas de música.
Resulta obvio que ni el mercado de la música ni el de la radio musical serán igual en la próxima década. Si deseas conocer las tendencias del tan disputado mercado de la música a nivel global, suscríbete para acceder a este mini-dossier especial de tribuAmericas® infograffiti.
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