Incumplen Meta de Reducción de Costos en Remesas Globales

Incumplen Meta de Reducción de Costos en Remesas Globales

Por Silvia Meave

LOS ANGELES, CA.- El sistema financiero global incumplió la meta de reducir los costos de las remesas que se envían a las naciones en desarrollo, advierte un empresario y analista colaborador del Foro Económico Mundial (World Economic Forum — WEF, por sus siglas en inglés).

Alan Safahi, presidente de ZED Network, plantea en un análisis sobre los procesos de  migración laboral y flujos de dinero en el mundo, que la postergación de una meta que debía cumplirse en 2017, retrasa el crecimiento económico de las naciones que tienen en las remesas de sus ciudadanos trabajando en el extranjero, importantes ingresos para el desarrollo local.

Safahi enfatiza que la escasa, si no es que nula competencia en el mercado de las remesas, en control de Western Union, MoneyGram, Xoom y otros pocos más, afecta a millones de inmigrantes y expatriados que en ocasiones son la única fuente de ingresos de familias completas en sus países de origen, y que no tienen acceso a transferencias bancarias instantáneas baratas.

En el tercer trimestre de 2017, el costo promedio global para enviar 200 dólares fue de 7.2 por ciento; una cifra significativamente más alta que la meta de 3 por ciento para el final del mismo año, y que afecta profundamente el poder adquisitivo de quienes tienen menos. Por ejemplo, en el África subsahariana, los costos promedio regionales alcanzan el 9.1 por ciento para cada transacción.

Por su lado, MoneyGram cobra casi 10 dólares por cada envío de dinero a México y su tipo de cambio puede variar hasta 1.50 pesos en cada dólar, por debajo del establecido diariamente en el mercado financiero.

Aunque los grandes corporativos del envío de dinero apenas representan aproximadamente el 25% de los volúmenes de remesas mundiales, son mayormente utilizados por quienes tienen menos ingresos y no tienen acceso al sistema bancario. La otra alternativa de muchas familias es enviar dinero a su hogar de maneras no seguras, como mandar dinero en efectivo con terceras personas o escondido en regalos, para evitar pérdidas de valor cambiario, entre otras razones; pero con las que se corre el riesgo de robo o pérdida total por percances.

Safahi considera que el sistema financiero desaprovecha la infraestructura y experiencia de los pequeños y medianos operadores de transferencias de dinero (Money Transfer Operators, MTO por sus siglas en inglés), debido a los costos de riesgo para cumplir las leyes anti-lavado y otros delitos financieros, así como de requerimientos de flujo de caja en múltiples monedas.
El experto señala que aunque la tecnología de los pequeños y medianos MTO es eficiente, por lo general no pueden escalar a volúmenes comerciales, por lo que sugiere que implementen Tecnología de Contabilidad Distribuida (Distributed Ledger Technology o DLT por sus siglas en inglés), tipo blockchain que serviría para incrementar la transparencia, la velocidad y el cumplimiento normativo, al tiempo que reduciría las tarifas de envío de remesas para el usuario final. "Sin esta adopción, dice Safahi, los MTO de menor tamaño se encontrarán a un precio permanentemente fuera del mercado."

Según Safahi, aumentar la competencia en la industria de las transferencias de dinero generaría diversos beneficios sociales entre los que resalta la inclusión financiera de miles de millones de personas ignoradas actualmente por los proveedores de pagos tradicionales.

Y citando a Bill Gates, a quien define como un defensor de la regulación del sector de las transferencias de dinero, plantea que tan sólo disminuyendo los costos de transacción de las remesas a nivel global de 10 a 5 por ciento, en promedio, se liberarían alrededor de 15 mil millones de dólares al año que elevarían la calidad de vida de las familias de los países en vías de desarrollo.

Entre 2000 y 2018, la inmigración global aumentó 60 por ciento, según datos del WEF, lo que implica 250 millones de trabajadores que envían dinero periódicamente a sus familias en sus países de origen. De acuerdo con datos del Banco Mundial, el monto de los envíos de dinero a los países en desarrollo a finales de 2017 representarían aproximadamente 450 mil millones de dólares, mientras se espera que 2018 cierre con un aumento de 3.5 por ciento, para alcanzar transferencias por 466 mil millones de dólares.

Las remesas con destino a los países de ingresos bajos y medios son entradas que contribuyen significativamente a su Producto Interno Bruto (PIB), pues — según datos oficiales — representan el 75 por ciento de las remesas totales en todo el mundo, que a finales de 2018 rondarán los 616 mil millones de dólares.

Para otros especialistas en el asunto de la relación entre migración y remesas, éstas son apenas un "salvavidas" que si bien aumenta el nivel de vida de quienes reciben ese dinero, sus montos apenas cubren las necesidades básicas como alimento, educación, salud y vivienda.

Los efectos positivos de las remesas, dice Olivier Ferrari, experto de la Organización Internacional para la Migración (International Organization for Migration o IOM, por sus siglas en inglés) se reducen cuando se convierten en la única fuente de ingreso de las familias, además de que, a nivel social, los Estados relajan su responsabilidad sobre el desarrollo sostenible de sus ciudadanos.

 
Ferrari cuestiona si a final de cuentas el desarrollo en la Globalización va a recaer en los migrantes y la paradoja de envíos a comunidades en las que los Estados invierten poco y la ampliación de la brecha económica con quienes se quedan que son a veces más pobres, pero tienen más apoyo gubernamental.
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