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LOS ANGELES, CA.- La última planta nuclear para generación de electricidad en California cerrará a lo largo de los próximos años, hasta concluir en 2025, anunció la empresa Pacific Gas & Electric Co. (PG&E).
La planta situada en el Cañón del Diablo será reemplazada por tecnología solar y eólica, principalmente y el proceso de reconversión energética tendrá un costo aproximado de US$3.8 billones.
La planta nuclear de PG&E, ubicada en el condado de San Luis Obispo, con una capacidad de 2,160 megawatts para el servicio eléctrico de 1.7 millones de hogares en el centro y el norte de California.
La decisión de clausurar la planta nuclear del Cañón del Diablo se tomó después de que un terremoto en Japón dañó los reactores de una planta en Fukushima, en 2011. Cabe mencionar que la Comisión Reguladora Nuclear (NRC por sus siglas en inglés) del gobierno federal estadounidense determinó que la planta de PG&E no representa ningún peligro, a pesar de que está cerca de una falla geológica en zona sísmica. Sin embargo, académicos especialistas consideran que es una buena decisión cerrar la planta para evitar potenciales riesgos.
En 2013 se cerró otra planta nuclear que operaba en San Onofre, al sur de California, así como otra en Wisconsin, debido al alto costo de mantenimiento y reparación de generadores que estaban envejeciendo.
Con el cierre de la planta del Cañón del Diablo, sólo quedarán funcionando en el Oeste de la Unión Americana dos plantas nucleares: Una en Seattle y otra en Arizona.
De acuerdo con fuentes vinculadas al proceso de cierre de la planta nuclear, ya está planeado lo que se hará con la basura radioactiva que generará el desmantelamiento de las instalaciones; pero algunos ambientalistas exigen que se garantice la seguridad de los cementerios nucleares. <<>>
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