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LOS ANGELES, CA.- En varios países del mundo se ha convocado a un boicot contra una empresa productora de videojuegos llamada Illusion, que opera en Yokohama, Japón, especializada en videojuegos de violencia sexual, la cual ha permitido que supuestas versiones piratas de sus productos circulen en la Internet entre niños y adolescentes de todo el mundo.
Uno de los juegos de Illusion que ha indignado a numerosos grupos de la defensa de los derechos humanos y de lucha contra la violencia sexual y la discriminación de género, en varias naciones, entre ellas Estados Unidos y México, es el llamado Rapelay, cuya trama -según Wikia Gaming, enciclopedia sobre el tema de los videojuegos-, consiste en convertir al jugador en un degenerado sexual que se sube a los trenes del transporte público subterráneo para abusar de las pasajeras. El jugador es premiado por todas las fechorías cometa sin que sea llevado a la justicia.
La empresa japonesa ha publicado un mensaje en inglés en su sitio de Internet donde asegura que sus productos se venden exclusivamente en Japón a mayores de 18 años; sin embargo, los activistas contra la violencia sexual y la discriminación de genero buscan presionar la salida del mercado de videojuegos de este tipo, que se ha comprobado son diversión de niños y adolescentes.
Aunque Ebay y Amazon retiraron de sus catálogos el juego de Rapelay en la segunda semana de Febrero 2009, el equipo de tribuAméricas® verificó que existen sitios web grautitos donde es posible descargar el videojuego, que está en el mercado desde 2006, con traducciones a varios idiomas e incluso se le puede personalizar agregando elementos open source como ropa nueva para las víctimas o el color de su piel. El acceso a los sitios de descarga de los videojuegos de Illusion no tiene advertencia ni restricción para menores.
Por eso el aspecto central de la controversia sobre la creación y venta de este tipo de “entretenimiento para adultos” es el libre acceso de los menores a las descargas grautitas en la Internet, quienes aprenden en la virtualidad a ejercer la violencia sexual en grado extremo y tienen mayores probabilidades de llevar lo aprendido a la vida real, según afirman psicólogos, como el reciente caso del niño estadounidense que asesinó a su madrastra embarazada de un certero balazo en la nuca, mientras ésta dormía.
La periodista mexicana Lydia Cacho, activista contra la discriminación de género y el abuso de menores, recuerda en un análisis que hace sobre este mismo caso de Illusion que los jóvenes tienden con facilidad a llevar “a la realidad las actitudes de desprecio por la vida y las personas” aprendidas en los juegos.
Desde luego, los defensores de los juegos de Illusion han saltado a la red, con el argumento de que “es sólo entretenimiento para adultos” y que el hecho de jugar no implica que los usuarios del videojuego vayan a salir a la calle a violar y matar. Sin embargo, expertos en videojuegos coinciden en señalar que se necesita tener un cierto grado de perversión, misoginia y desequilibrio mental, tanto para crear violencia sexual virtual como para encontrar diversión en ella.
Apenas el pasado 20 de Febrero, una Corte de California vetó un decreto del gobernador Arnold Schwarzenegger que prohibía la venta o renta de video juegos violentos a menores de edad. La decisión de la Corte deja la responsabilidad de la selección de juegos en manos de los padres de familia, al determinar que el Estado no puede restringir ni la libertad de elección del consumidor ni la libertad de los fabricantes de videojuegos en torno al etiquetado o clasificación de las temáticas de sus productos.
Un aficionado a los videojuegos comentó en línea: “Nunca jugaría algo así, pues tanto mi realidad como mi fantasía son importantes para mí y no me interesa degradarme ni siquiera en juegos”. <<>>
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